Expuesta en la sala de la ACC (Barcelona 2012) y en CERCO (Zaragoza 2011)
La instalación es un pequeño grito contra la violación que, aun hoy en pleno siglo XXI, sufren los derechos básicos de las personas en muchas partes del mundo, derechos recogidos por la Naciones Unidas en la "Declaración Universal de los Derechos Humanos", publicada en 1948 como respuesta a las atrocidades comets durante la II Guerra Mundial. A través de nuestro particular medio de expresión, la cerámica, intentamos reflexionar y provocar la reflexión sobre esta situación.
Maria Romaní ha escrito en la revista TERRART No 42 - 1er semestre 2013
"La exposición no dejaba indiferente. Una de sus instalaciones consistía en un tapiz de laminas de porcelana que tenian caligrafiadas palabras como vida, persona, libertad, ..., escritas en lenguas de todo el mundo, como el árabe y el japonés, etc. Los referentes a los maltratos físicos quedaban representados por un conjunto de bustos dañados, expuestas sobre una base de tela metálica que refuerza su dolorosa lectura. La exposición reflejaba claramente la intención de representar a todos los continentes y todas las razas, aunque fuese de forma simbólica. Todo este dolor en general queda amortiguado por una lectura esperanzadora de que, a pesar de toda la opresión, cada persona, individualmente, deberá tener la fuerza y la capacidad suficientes para salir de esta situación."